Ángeles gloriosos, espíritus puros,
poderosos mediadores ante el trono de Dios
y comprensivos amigos y protectores de los hombres,
oh nobles y benditos Espíritus de Luz,
que sois claros espejos de
pureza y humildad,
seres celestiales enviados desde el cielo por la Providencia de Dios
para estar constantemente a nuestro lado, darnos apoyo
y cuidar de nuestra alma y de nuestro cuerpo,
os pido me deis fortaleza, seáis mi refugio en la adversidad
os pido me deis fortaleza, seáis mi refugio en la adversidad
y, por favor, no dejéis de acompañarme en mi caminar.