Padre Obatalá, amantísimo consejero
poseedor de la bondad infinita,
protector de todos,
incluso de los que no te conocen
y a veces nunca llegan a conocerte.
Padre, tal parece que todo va contra los más necesitados,
la salud, la suerte se aparta y nos abandona,
entonce es cuando tu divina protección aparece
y abres nuestros caminos lográndose favores desconocidos
sin saber de donde o que fuerza espiritual los provoca.