Soberano Arcángel san Rafael,
glorioso y bendito espíritu celestial
que gozas de la visión beatifica y eterna del Padre,
del Hijo, del Espíritu Santo y de María Santísima
y eres uno de los siete Arcángeles que están siempre presentes
y tienen entrada a
la Gloria de Dios,
recibe con bondad estas mis súplicas
y desde los Cielos envíame tus prodigiosos y efectivos rayos
para que mi vida cambie para bien y sea mucho mejor.