¡San Lázaro, amigo
fiel de Jesucristo
que todos los males haces desaparecer,
y que regalas tu afecto y protección
a quien sufre miserias y fatalidades,
llego suplicante ante ti pidiendo tu bondadosa atención;
san Lázaro,
glorioso patrón de los pobres,
y hermano y
guardián de los que pasan calamidades,
tú que conociste
el sufrimiento y la enfermedad
y la visita del
Maestro te devolvió la vida en Betania,
acoge benigno esta
humilde oración
ahora que imploro
esperanzado tu ayuda
en esta hora de
angustia y necesidad.