Bendito niño san
Pancracio,
que, entregado en
vida a ganar almas para el cielo,
fuiste martirizado
por ser fiel Dios y a su Palabra
y por dar
testimonio de Jesús,
tú que gozas por
toda la eternidad de la gloria junto al Padre
en recompensa del
sacrificio de tu vida por la fe,
tú que estas a su
lado y desde allí nos cuidas y amparas
y tienes gran
poder para favorecer a tus devotos,
escucha mis
aflicciones y preséntaselas al Altísimo.