Oh mi adorada Virgen de las Angustias,
Soberana Reina de los Cielos,
Santísima Virgen María,
la Madre más dolorosa, la Madre del mayor consuelo;
Soberana Reina de los Cielos,
Santísima Virgen María,
la Madre más dolorosa, la Madre del mayor consuelo;
oh Señora, dulce amparo y vida mía
a tu piedad recomiendo mi alma y mi cuerpo:
rige, enseña y defiéndeme
en todas las horas y momentos.
a tu piedad recomiendo mi alma y mi cuerpo:
rige, enseña y defiéndeme
en todas las horas y momentos.