¡Santo Apóstol, san Judas,
fiel siervo y amigo de Jesús!
El nombre del traidor que entregó a tu amado
Maestro
en las manos de sus enemigos,
ha sido la causa de que tú hayas
sido olvidado por muchos;
pero la Iglesia te honra e
invoca universalmente,
como el patrón de los casos
difíciles y desesperados.
Ruega por mí, mi amado san Judas Tadeo,
que estoy sin ayuda y tan solo.