Glorioso San
Benito,
¡bendito por la
gracia y el nombre!,
varón lleno de
virtudes y de vida venerable,
espejo de abades y
padre de los monjes,
vencedor de los
enemigos y obrador de maravillas,
mi protector
bondadoso
y de cuantos
acuden a ti en sus preocupaciones,
en sus angustias y
adversidades.