sábado, 4 de abril de 2015

VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS, ORACION PARA PETICIONES URGENTES



Oh mi adorada Virgen de las Angustias,
Soberana Reina de los Cielos,
Santísima Virgen María,
la Madre más dolorosa, la Madre del mayor consuelo;
oh Señora, dulce amparo y vida mía
a tu piedad recomiendo mi alma y mi cuerpo:
 rige, enseña y defiéndeme

en todas las horas y momentos.

Virgen bendita de las Angustias,
Madre reina del dolor,
Tú que estuviste a su lado en pie junto a la cruz,
firme y llorosa, serena aunque doliente,
 y sufriste con tu Hijo, viviste su misma vida
y con su muerte padeciste
haz Madre santa dolorosa,
que la Sangre de tu Hijo nos alcance su perdón,
que el fluir de su costado nos devuelva la esperanza
y nos renueve el corazón. 


 
Dios te salve, benignísima Madre de misericordia,
Dios te salve, reparadora de la gracia y del perdón,
te saludamos con el corazón lleno de gozo y esperanza
dígnate, amabilísima Madre, darnos tu bendición,

 Queremos sentir tu amor, descansar a tu calor y amparo,
y en las pruebas de la vida,
cuando el fracaso acecha,
enséñanos el camino con compasiva mano.

 Danos consuelo en los momentos difíciles de la vida,
y auxilio para que sepamos superar todos los obstáculos,
no nos dejes Virgen Madre valiente,
inspíranos, darnos fortaleza de ánimo
y sobre todo, confianza en Dios.

 Oh Madre augusta, fuente de toda virtud,
que siempre ruegas por nosotros
y no cesas de beneficiarnos,
por los dolores que experimentaste en tu corazón,
por las angustias que sintió tu alma al verlo sufrir,
por la amargura que padeciste por la muerte de tu Hijo
hoy te suplico, Señora, que por tu poderosa mediación
pueda conseguir remedio para mi urgente petición:

(Pedir con humildad y confianza
la gracia que se quiere obtener)

 Santísima Virgen de las Angustias,
que por amor nuestro dejaste sacrificar a vuestro Hijo,
y sufriste de buen grado los mayores tormentos,
camina junto a nosotros
y líbranos de adversidades, enemigos y males.

He depositado en tus benditas manos mis aflicciones
y sé que pronto veré cumplidos mis deseos,
pues Tu siempre consigues del Altísimo lo que le pides.

Oh Virgen gloriosa, Madre de piedad y clemencia,
 ruega por nosotros, intercede por nosotros, 
para que nunca perdamos el favor de tu amado Hijo,
haz que nuestros corazones estén siempre abiertos
para amar, entregarnos y ayudar,
que caminemos hacia donde seamos útiles
 y que nuestra vida sea radiante y generosa como la tuya.

Danos la protección maternal que tanto necesitamos
y sé tú nuestra Abogada en la hora de la muerte.

Por Jesucristo, nuestro Señor. 


Amén. + 

Rezar la Salve, Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 
La oración junto a los rezos se hacen tres días seguidos.

 



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