miércoles, 4 de febrero de 2015

SANTA CAMISA, ORACION PODEROSA PARA LIBRAR DE ENEMIGOS, MALES Y PELIGROS

La Santa Compañía de Dios me acompañe,
el manto de Santa María, su Madre,
me cobije y de peligros y males me defienda.

Ave María “gratia plena dominus tecum”
(María llena de gracia, el Señor está contigo)
me libre de todos los espíritus malignos
bautizados y sin bautizar.

Cristo vence, Cristo reina,
Cristo de males y peligros me defienda.
El justo y Señor Individual hijo de Santa María,
aquel que nació en Belén en aquel solemne día,
que no pueda yo por eso ser ni muerto
ni con la justicia envuelto;
que los que me quieran mal no me vean,
manos tengan y no me alcancen;
hierros y no me hieran, nudos y no me aten. 

 
Dios le dijo a Libón que con dos nueces
no podrán hacer daño ni a ti
ni a ninguno que esta oración trajese consigo:
traeré vendados a los que intentasen hacerte daño
y te defenderé aunque no lo digas.

“Dominus Tecum”. (El Señor está contigo)

Rezar tres Padrenuestros
a la Muerte y Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.

Santa María piadosa,
Madre de nuestro Señor Jesucristo,  
al Monte Tartáreo entraste,
a la gran serpiente encontraste,
con el cíngulo la ataste,
con el hisopo de agua bendita la rociaste:
al mundo la sacaste.

Ablandad Señora mía el corazón de mis contrarios,
que ojos tengan y no me vean,
pies y no me sigan ni alcancen,
manos y no me toquen.

Con la espada de San Julián sean vencidos,
con la leche de la Virgen sean rociados,
en el Santo Sepulcro sepultados.

Amén, Jesús, María y José.

San Lorenzo, detén el corazón de mis enemigos
que quiero hablar con ellos;
Jesucristo hable y se ponga por mí;
Jesucristo me saque de este cuidado por siempre.

Amén.

Esta es la oración de la Santa Camisa,
la del Hijo de Dios vivo;
esta es la que pongo yo
en contra de mis enemigos,
pies tengan y no me alcancen,
hierros y no me hieran,
nudos y no me aten.

Y por las tres coronas del Patriarca Abraham,
 aquí ofrezco esta oración en unión de mi persona,
para que vengan mis enemigos tan mansos a mí
como fue Jesucristo al madero de la Cruz.

San Ildefonso bendito,
confesor de Nuestro Señor Jesucristo,
así como bendijiste la Hostia y el Cáliz en el altar,
bendice mi cama, mi cuerpo, mi casa
y todo su alrededor;
líbranos de brujos, hechiceros
y de hombres y mujeres de malignas intenciones.

Con tres te mido, con tres te parto,
con la gracia de Dios Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo.

Amén, Jesús, María y José. +

Rezar el Credo, Padrenuestro, Avemaría y Gloria.



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